El loro de Flaubert, Julian Barnes
A veces abrimos un libro meses o años después de que alguien nos recomendara su lectura. Lo hacemos impelidos por un arrebato en hacernos con él, en la recomendación del respeto que profesamos a quien nos lo sugiere, por la estela o influencia de otro escritor. A veces abrimos un libro sin saber nada de él. El loro de Flaubert corresponde a esta situación. Hace muchos años alguien debió hablarme bien. Me tomé mi tiempo en seguir el consejo. Un tiempo de barbecho en mi librería. Entonces me decanto por su lectura. Hay un compromiso adquirido por mi yo del pasado. También por la injusta situación con el libro. Otros que llegaron más tarde fueron leídos. Había empezado a mirarme de forma extraña. Su autoestima estaba bajo mínimos. No era justo con él. Abrí sus primeras páginas. Creía que tenía una novela entre manos. El loro de Flaubert se incardina dentro de la narrativa, pero está lejos de poderse encasillar en el concepto “novela” tal como la entendemos. Es mucho más. Es