MIARMA TOWN, XITO PARRONDO

Es un placer lector tener entre manos una primera novela. Como los primeros amores, la primera obra es a su vez imperfecta, osada, pero inigualable en ilusiones. Xito Parrondo construye una obra movido por dos pulsiones. En primer lugar, el humor. No nos engañemos, hacer reír carece del prestigio artístico de otros sentimientos básicos. Quien lo ha intentado, sin embargo, es consciente de la dificultad que entraña provocar una risa. Los resortes del dolor, de la desazón, de la tristeza son más fluidos. Hacer reír o al menos dibujar una sonrisa requiere de procesos más profundos. La sensibilidad al dolor es compartida. Se vincula fácilmente a la ternura: se extrae de la chistera un vínculo emocional y una pérdida y el dolor surge con la intensidad de un volcán. Un niño, un anciano, un padre, una mascota. El sufrimiento es un prisma de diversos lados. Otra muy diferente es provocar el humor. Los subjetivismos juegan un importante papel. Parrondo se sirve de dos elementos que le dan resultado. Inteligencia y mala leche. Un coctel que generará risas más allá del localismo sevillano que promete el título de la obra. El humor en literatura es un coto difícil de explorar. Cada uno de nosotros puede recomendar obras que harían quebrar el corazón más aguerrido. La risa requiere laberintos más complejos. Quizá la obra más divertida que he tenido entre manos sea El mal de Portnoy de Philip Roth. Una obra que podría definirse a su vez con una obra pictórica: el gran masturbador de Salvador Dalí. Imprescindibles me resultan obras de innegable humor negro como Todo está iluminado de Safran Foer o toda la obra de Shalom Auslander. Un humor más absurdo aporta Etgar Keret. Todos autores de origen hebreo. El humor de Parrondo tienda más hacia lo metaliterario, hacia el descreimiento de sí mismo. Los autores son —somos— seres de ego desaforado. Parrondo sabe reírse de sí mismo, un aspecto difícil de encontrar en literatura y en el mundo en general. La obra se desarrolla en Sevilla. Qué duda cabe que en los últimos tiempos encontramos un orgullo local y de barrio. Algo que se traduce en obras recientes, al menos en lo que a Sevilla se refiere como Mosturito de Daniel Ruiz, Illo de Adrian Daine o La puerta de al lado de Martín Luna. No es causalidad que en apenas dos años todas hayan sido publicadas. El otro aspecto por el que apuesta Xito Parrondo en Miarma Town es el cambio de registro. De una novela que se mira en el espejo de la diversión, pasa en un parpadeo a una historia truculenta en la que se suceden muertes como si de una novela negra se tratara. Queda patente la influencia que la obra Fargo tiene en el autor. No es fácil encontrar en literatura obras que apuesten por este contraste de registros. No es fácil alcanzarlo y Parrondo sale airoso del triple mortal. El texto está plagado de relatos cuyo recurso es habitual en la literatura contemporánea. Ahora bien, el exceso provoca en algún momento la ruptura del ritmo narrativo.

Comentarios

Entradas populares