La vida perra de Juanita Narboni, Javier Vázquez
La
vida perra de Juanita Narboni es una obra publicada en los años 70 y
reeditada a principios de siglo. Se centra en la vida del personaje
homónimo en la Tánger de mitad del siglo XX. Por aquel entonces Tánger
ostentaba el estatuto de ciudad internacional. En esa ciudad
cosmopolita, multicultural y multi-religiosa, desarrolla su vida Juanita
Narboni, un personaje que, sobre cualquier otro aspecto, peca de
mundanidad.
Para
comprender la dimensión de la historia de Juanita Narboni es necesario
conocer la significación del estatuto de la ciudad de Tánger. No estaba
adscrita a la soberanía del reino de Marruecos. La ciudad estaba afecta
por un condominio de Bélgica, España, EE.UU., Francia, Países Bajos,
Portugal, Italia, Reino Unido y la URSS. Judíos, musulmanes y católicos
convivían en armonía. Durante la vigencia de este condominio Tánger
albergó refugiados de la guerra civil española, judíos provenientes de
Alemania y nacionalistas marroquíes. Era un paraíso a nivel fiscal. Todo
esto supuso su florecimiento cultural. En la Tánger de mediados del
siglo XX. Paul Bowles, Tennese Williams, Truman Capote, Jack Kerouac,
Gore Vidal o Burroughs son algunos de sus habitantes más
ilustres.
Es
en esta ciudad en la que se desarrolla la historia de Juanita, una vida
que en ciertos momentos se confunde con la propia historia de la
ciudad.
Uno
de los elementos que más destacables es su modo de narrativa. He leído
en varios artículos que se emplea el monólogo interior. Aceptar esta
afirmación en cierto modo podría significar una interpretación
simplista. La vida perra está construida a través de la voz única y
exclusiva de su personaje principal, Juanita Narboni. Ahondamos en su
alma a través del monólogo interior, pero su autor, Javier Vázquez, se
vale de cierta trampa. Y es que apunta el foco en Juanita cuando piensa,
pero también cuando habla. El lector tiene acceso a las conversaciones
que desarrolla a lo largo de la obra, pero siempre filtradas por lo que
sale de su boca. Reflexiones, conversaciones y pensamientos en voz alta
se confunden en una obra que no es fácil de leer, que está plagada de
elipsis y de exigencias al lector, pero ante la que no podemos más que
admirar su valor y maestría. Este lenguaje desbordante está salpicado de
lo que fue el habla propio de los castellanoparlantes tangerinos. Un
habla muy próximo al andaluz, cargado de palabras y expresiones
provenientes del marroquí, del francés o de los judíos sefardíes que
vivían en Tanger.
La
historia de Juanita no solo está enmarcada en el devenir histórico de
la ciudad, con la llegada de los exiliados españoles o de la segunda
guerra mundial, nos cuenta su propia historia personal. El odio que
profesa hacia su hermana, la distancia que la separa de su padre o la
necesidad que tiene de su madre.
Con
el transcurso de los años Juanita se convierte en lo que popularmente
se conoce como una solterona. Su carácter se agria. El alcohol la
afecta. Su odio se intensifica. Habla con su madre muerta como una
manera de hablarse a sí misma.
No es una obra sencilla, pero merece la pena su lectura.
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