El corto verano de la anarquía, Hans Magnus Enzensberger

Creo sin temor a equivocarme que El corto verano de la anarquía es uno de los mejores libros que he leído. Una afirmación que sus lectores probablemente no encuentren temeraria. Es considerado un clásico. Lo que sí puede resultar sorprendente es cómo llegué hasta él. No se produjo recomendación de ningún lector. No vi el libro en ninguna red social. Simplemente, como sucedía tiempo atrás, entré en una librería y me quedé prendado de su título. Como sabía tan poco de la figura de Durruti, me lancé a su lectura de cabeza. 

No es fácil encuadrar la obra. El corto verano de la anarquía no es ensayo, ni una novela, ni siquiera una biografía. Y aun así, contiene elementos suficientes de estos géneros para que todo tipo de lector pueda acercarse a su lectura. El personaje principal es Durruti, el anarquista. Sin embargo, conforme la lectura avanza, la figura de Durruti se difumina, pasa a un segundo plano. Se convierte en un hilo sobre el que la obra va creciendo. El anarquismo en España y la Guerra civil española en los lugares en que Durruti combatió, se convierten en los temas principales.

La excelencia de la obra viene precisamente por uno de estos aspectos. Lejos de construirse una biografía sobre Durruti, la idea que la obra transmite al lector procede de los comentarios de los personajes que lo conocieron, que lucharon con él, que se enfrentaron a él o lo amaron. Es por ello que en función a la voz del personaje el lector podrá conocer a los distintos Durruti que convergían en él: el anarquista, el justo, el terrorista, el militar…

Otro de los grandes caballos de batalla de la obra son los breves ensayos que acompañan los diversos capítulos. Son las rendijas por las que el autor, más allá de componer el puzzle más o menos intencionado que puede ser la obra, filtra su conocimiento. Considero relevante remarcar que en ningún momento estos breves ensayos son arbitrarios. En la mayoría de los casos cumplen a la perfección con la función de brújula, de erigirse como contextualizador sociológico de los años anteriores a la guerra civil y cómo no, de su propio devenir.

Pocas obras como El corto verano de la anarquía me han servido si no para comprender, para al menos aproximarme a lo que fue y supuso Durruti, un personaje de vital importancia en el anarquismo y a su vez en la Guerra civil española.