Breves amores eternos, Pedro Mairal

Breves amores eternos es mi tercera incursión en el universo narrativo de Pedro Mairal. Un universo que cada vez conozco mejor y que, pese a ello, no me decepciona. Una noche con Sabrina Love y La uruguaya, ambos publicados por Libros del Asteroide, fueron los anteriores. En el caso de esta colección de relatos edita Destino. Aún quedan en España por publicarse por editoriales de fácil acceso Salvatierra y El año del desierto.

Pedro Mairal es uno de los autores de mayor popularidad y respeto en la actualidad. Parecería que siempre está escribiendo la misma obra. Perdedores, libidinosos, la maestría en el manejo de la palabra son sus señas de reconocimiento. Pese a las apariencias y quizá en ese punto radique su éxito, hay mucho más de lo que a simple vista parece encontrarse en sus textos.

Breves amores eternos no es una excepción a esta corriente maireliana de narrativa. Si bien en su estructura, dividido en dos partes, no es casual. La primera de ellas, con un título homónimo al del libro, nos presenta lo que los fans aguardábamos con el sujetador en la mano. El satisfaction de los Rolling o el Ama, ama, ama y ensancha el alma de Extremoduro. Más mierda de la que consumimos con devoción e impaciencia. Las canciones por las que adquirimos la entrada a un concierto. Mairal en estado puro: jóvenes y no tan jóvenes calenturientos y argentinos, perdedores que caen por las espirales de su propia autodestrucción. Justo por lo que compramos un libro.

La otra parte del libro nos presenta a otro Mairal. Un autor que se atreve a no ser lo que los fans arden en recibir y pese a algún relato algo fallido, el resultado es satisfactorio. Mención especial a Hoy temprano, el texto que da título a la parte y que se convierte en un doloroso ejercicio de nostalgia lejos del universo del adulterio y de la fogosidad de sus personajes.

Termino pidiendo más mierda de Mairal para consumir.