Serotonina, Michel Houellebecq
Hace
años que me reconozco como lector de Houellebecq. Las partículas elementales me
parece uno de los libros cumbres de su generación y un tratado único
para conocer parte de nuestra
sociedad actual. Houellebecq además es poeta. Si bien sus posteriores
versos no son de mi gusto, considero Sobrevivir un poemario de lectura
obligada para todos aquellos que pretendan morirse de hambre realizando
incursiones en la poesía.
Serotonina
es su último libro. Una novela un tanto irregular. Contiene partes
exquisitas, pornográficas, pedófilas, aburridas y profundas. A veces, como las primeras páginas de la novela,
casi accesorias a la trama, introducidas con calzador; pero podría ser
que fuera de lo mejor que se encuentra en la obra. Por lo demás, la
obra repite el patrón de lo que han sido las últimas publicaciones del
enfant terrible de las letras francesas: un tema
(en este caso el agrícola) del que se documenta en exceso, páginas de
escaso cumplimiento de lo políticamente correcto, reflexiones acerca de
obras ajenas y nihilismo, mucho nihilismo. Un libro para fans que se lo
perdonen todo.
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