¡Mamá, quiero ser artista!


 

Las cartas sobre la mesa. En el día de hoy nace este blog con el firme propósito de convertirse en un agujero negro en el universo que es la red. Los medios tradicionales para dar a conocer (qué grande se me queda la palabra) mi obra no se me han dado demasiado bien hasta el momento. No queda más que quemar las naves. Apostar todo al rojo. A partir de ahora volcaré mis esfuerzos en este abismo al que hablaré, amaré y odiaré con todas mis energías. Creo con firmeza que la obra personal se ve contaminada en gran medida por las lecturas del autor. De modo que, aunque hablaré de mí, de toda reflexión que se me pase por la cabeza y que, por supuesto, compartiré mis propios textos; la idea principal es tratar de libros y lecturas. Se buscan lectores. No esperen por tanto críticas de plagadas de los tecnicismos de filología, tampoco consejos de entendidos en materia. No tengo experiencia en hacerme con las riendas de un blog. No soy más que un anónimo en el inmenso océano de los escritores silenciados, un yonqui más de la lectura que hablará de sus chutes: los inolvidables y también los sobrantes. Y para ello adquiero, aquí y ahora, un innegable compromiso. Mis únicas armas, además de mi palabra, serán la honradez y la sinceridad. No voy a generar la idea de un escritor con una sombra mayor que la mía, no voy generar el halo de un escritor maldito. Soy, en mi vida real, un tipo de lo más corriente. En todo caso, otro maldito escritor. Pero creo firmemente en mis textos, en mi yo escritor. Y a partir de este momento defenderé a ambos en este foro.


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