illo, Adrián Daine

A veces el trabajo me viene hecho. En la contrasolapa de Illo, la novela de Adrián Daine que publica Editorial Dieciséis aparece una relación de diversas obras. Adrián es honesto. Reconoce sus influencias. No he leído todas las obras. Pero las que he leído alcanzan un estatus altísimo. De ellas destacaré dos, que son las que en cierto modo condicionan lo que es Illo. Por un lado, Canijo de Fernando Mansilla. ¿Qué no hemos dicho de Canijo por estos lares? Una obra dura y hermosa, un testigo de un tiempo y un lugar pero que lamentablemente es fácilmente reconocible lejos de este ámbito. Como dice Kiko Amat, la gran obra sobre la violencia y las drogas patria.

La otra obra es algo más desconocida. Algo injusto. Tierras muertas es un librazo. La adaptación de gran de parte los principios básicos de la narrativa de Faulkner al mundo claustrofóbico y endogámico de las masías catalanas. Una narración atomizada en cada uno de los personajes que a través de su visión particular construyen una historia repleta de claroscuros.

Pues bien, en cierto modo estas son las nociones básicas de Illo. Una estructura atomizada en personajes que cuentan una historia del underground de Sevilla, como ya hiciese Mansilla.

Y aunque tiene un tema aparentemente principal, como es la venganza (a veces en sus páginas resuena el mi nombre es Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir), un tema que entronca con los relatos más shakesperianos, además de otros más prosaicos y actuales, como la gerintrificación, el machismo de índole doméstico, el alcoholismo,… el verdadero tema principal es de ámbito fotográfico. Adrián Daine toma una instantánea de una profundidad abisal de lo que es el sevillanío, es decir, la idosincrasia sevillana, en la actualidad pero también de su evolución de las últimas décadas. En este aspecto, el trabajo de Daine es brillante. Y precisamente por ello, me plantea algunas dudas de su transportabilidad subjetiva. Los temas accesorios son universales, pero el principal, creo, se ciñe mucho a la ciudad.Tomando las referencias narrativas de las que partimos, lo sucedido en las páginas de Canijo, el auge de la heroína en los barrios obreros de los años 80 o el fratricidio que relata Tierras Muertas podrían suceder en cualquier lugar.Tomemos las referencias narrativas de las que partimos: lo sucedido en las páginas de Canijo, el auge de la heroína en los barrios obreros de los años 80 o el fratricidio que relata Tierras Muertas podrían suceder en cualquier lugar. En Illo tiene lugar el proceso inverso. Los hechos son la excusa de la que se sirve Daine para construir un extraordinario análisis sociológico de la ciudad en la que vive, con sus virtudes, pero sobre todo, sus defectos, algo que al sevillano, devoto de la hermandad del ombliguismo desde su nacimiento, poca —o ninguna— gracia le va a hacer. Hecho que no quita que lo leerá y lo disfrutará con creces.

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