Axiomático, Greg Egan

Greg Egan pertenece a esa estirpe de autores que viven entre las sombras. Como J.D. Salinger, como Thomas Pynchon. No participa en las grandes convenciones de ciencia ficción, no firma libros. Lo poco que de él se conoce es que es matemático de formación y programador informático de profesión. Vive en Perth (Australia) y es vegano y ateo.

Lo desconocido del personaje probablemente haya afectado a su reconocimiento internacional. Pese a haber sido traducido en numerosos idiomas y poseer el reconocimiento de muchos de sus lectores, cuando uno lee a Greg Egan, lo primero que piensa es: cómo no he podido conocer esta mierda antes. Greg no cuenta con los premios que otros autores del género, muy inferiores a su escritura y a su planteamiento, han coleccionado a lo largo de los años.

Egan se decanta por lo que en el género se considera ciencia ficción hard. Que no es más que una manera de decir que sus relatos contienen una base científica con base real. En Axiomático, el lector podrá encontrar la mayoría de los clichés habituales del género: ruptura del espacio temporal, modificaciones biotécnicas, cuestionamiento de la identidad humana, viajes espaciales. Cada cual con una argumentación científica plausible, al menos eso dicen los que saben de ciencias.

Es probable que el lector llegue a sentirse sobrepasado por la argumentación científica. Un lector simple puede pretender una lectura de viajes en el tiempo, sobrándoles todo argumentario. No es éste el lector idóneo de Egan. No es necesario poseer un conocimiento científico para comprender sus textos. Yo al menos no lo tengo. Pero creo que sí para valorarlos en su justa medida.

Una lástima que Egan no tenga en la actualidad el respaldo de una editorial seria en España Publicó algo con Gigamesh. El volumen que llegó a mis manos contenía diversos errores de traducción. Muchas de sus obras son casi imposibles de conseguir.

 

 

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