El adversario, Emmanuel Càrrere
El adversario es comparado con A sangre fría de Truman Capote. Si bien ambas obras se centran en la narración de crímenes verídicos y apabullantes, existe una diferencia importante, considero, entre ambos. A sangre fría se asemeja a un texto periodístico. Si bien, la maestría de Truman Capote permite que sea algo más que una concatenación de hechos, su finalidad es informativa, divulgativa podría decirse, de los crímenes cometidos por Dick Hickock y Parry Edward Smith con la familia Clutter, hasta la ejecución de la pena de muerte a la que fueron condenados. El título de A sangre fría no podría ser más descriptivo.
Jean-Claude Romand |
El adversario difiere en el punto de observación del autor. No se trata de desarrollar los hechos cometidos. No serían más de 20 páginas su peso en el total de la obra. Como podría decirse que anuncia el título, El adversario nace de unos hechos difíciles de comprender, para desarrollar en profundidad y cimentándose en el testimonio de sus conocidos, el perfil de Jean-Claude Romand, su biografía que se desencadenaría con el horrible crimen y que prosigue una vez entra en prisión. Ambas obras, sin embargo, demuestran un trabajo de campo importante.
El
adversario es un juego de máscaras, un viaje que pretende conocer al
autor de semejante masacre respecto a su familia, pero también son las
dudas del autor respecto a la obra, su consciencia respecto al asesino y
su posterior redención a través del catolicismo. Ambas son obras
completas y duras. Tal vez la diferencia primordial son las décadas que
transcurren entre una y otra, los cambios operados en la narrativa y en
el ser humano.
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