Días temibles, A. M. Homes
Lo normal sería que A. M. Homes tuviese una estatua en cada librería, en cada biblioteca, en cada uno de los corazones de los que amamos de una manera u otra la literatura. Pero no es así. Sí, es una autora con cierto prestigio, pero no el que debería. Es más, lector, no pierdas el tiempo con este estúpido texto: lee a Homes.
Conocí
a A. M. Homes a través de David Foster Wallace. En sus memorias
indicaba que a sus alumnos de primer año les leía su relato “Una muñeca
de carne y hueso”. Un relato que sirve para comprender lo que
Homes es capaz de alcanzar, lo incómodo que podría resultar su lectura.
Wallace reconocía disfrutar con la reacción que producía el texto en sus
alumnos.
Días
temibles es su última colección de relatos. Un tamaño en el que se
maneja bien, que le permite concretar su ironía, su desapego vital, su
poderosa narrativa. No obstante, existe un hilo conductor, una
localización en la que tienen lugar los infiernos de Homes: California.
Lo que para una gran parte de la población sería el lugar ideal, Homes
escarba con sus uñas en las almas hasta retratar un universo vacuo y
triste, quizá la antesala de lo que nos espera
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