Uno de los libros del año: Trilogía de la Guerra



Probablemente Trilogía de la Guerra sea de las obras de las que he escrito, la que a priori más complejidad me ha supuesto hablar de ella. Lo ha sido, hasta tal punto, que para hablar de ella necesito apoyarme en otra novela. Pienso en Imitación de Guatemala de Rodrigo Rey Rosa. Ambas se dividen en varios actos. Ambas comparten la confluencia temática. Imitación narra sucesos de un cariz detectivesco, mientras que en la Trilogía los hechos son de una mayor mundanidad. Sin embargo, ambas se escriben hacia arriba, es decir, desde situaciones que afectan a individuos se tiende hacia grandes conflictos histórico-sociales. Si en Imitación Guatemala son los rescoldos del conflicto civil, en La Trilogía de la guerra, es la guerra en abstracto, como un fantasma, lo que sobrevuela cada instante de la novela. Y en este punto se acaban las semejanzas. Imitación contiene 4 novelas breves que tienen entidad en sí mismas. En la Trilogía cada una de sus partes podrían leerse por separado, pero generarían una visión sesgada del castillo que ha construido Fernández Mallo con sus palabras.
Antes de seguir hablando de la obra, creo necesario dejar las cosas claras respecto al autor. Me gusta Fernández Mallo, aunque no me considero un fanático de su obra. No sucumbí como tantos a La trilogía Nocilla. La primera de las novelas Nocilla me pareció la mejor. En los siguientes pasos de la sagas se repetían tics sin los grandes aportes de la primera. Confieso por tanto que no me creía aquellos mensajes que consideraban  a Fernández Mallo el gran escritor de su generación. Buen escritor sí, pero necesitaba algo más. La Trilogía de la guerra podría serlo. Tiene en su haber algo de lo mejor de Nocilla, pero muestra un autor más maduro, capaz de controlar los giros literarios, para emplearlos en los momentos adecuados.
Podría decirse que la novela sobre la guerra civil se ha considerado una suerte de rito de paso de los autores españoles. Me cuesta encontrar un gran autor nacido enEspaña que no se haya aproximado al tema. Fernández Mallo no podía ser menos, pero como suele ser habitual en él, lo hace desde un punto de vista personalísimo. No sólo por la forma, la misma temática. La abstracción que consigue, sólo quebrada por las historias de la prisión de la isla de San Simón, no es sencilla. Entroncarla con la guerra de Vietnam y con la 2GM, mucho menos. Apoyándose en gran parte en la literatura de Sebald, a quien homenajea, pero también en sí mismo, Fernández Mallo deconstruye la guerra para narrar 3 historias que a su vez se atomizan en infinitas historias. Como la misma guerra en sí.
La primera de la historias de La Trilogía, Combustibles fósiles, cuenta la experiencia del propio Fernández Mallo en la isla de San Simón. Posteriormente viaja a Nueva York en la búsqueda de la verdad y la poesía para concluir este viaje iniciático en Cabo Polonio (Uruguay). Uno de los términos que podría aplicarse a la obra es su descentralización: España, Uruguay, Francia,… Las palabras viajan por los continentes. Sin embargo, EE.UU. es una sombra constante como la propia guerra. Lo es como un destino (NY), como una ubicación narrativa (EE.UU. en general en la segunda parte) y como un fantasma en la presencia inmaterial de los soldados norteamericanos caídos en la 2GM.
La segunda parte, Mickey Mouse ha crecido y ahora es una vaca, cuenta la vida y caída del 5º beatle del viaje a la Luna, el cuarto astronauta que cayó bajo el influjo del olvido debido a que fue el que realizó las fotografías lunares al resto. Una historia escrita hacia delante y hacia atrás. Una historia donde el sueño americano se resquebraja no sin cierto originalidad en su narración.
Y por último: Los amos de la noche. Un viaje por la Normandia, Francia, acompañado del fantasma de un pasado personal. 
He empleado en la lectura de la Trilogía un tiempo mayor del que acostumbro. La obra lo requería. Continuamente, mientras leía, me inclinaba al reinado de Fernández Mallo y su poesía. Una y otra vez pensaba que se encuentra una mayor dosis de poesía en sus páginas que en la mayoría de los poetas que luchan por el cetro de la contemporaneidad.
Si el autor crece más allá de la Trilogía lo será: el mejor de su generación.

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