Lo
que está y no se usa nos fulminará es mi primera aproximación a
Patricio Pron, uno de los autores jóvenes que más atención mediática
obtienen. Tenía ganas de leerlo. Antes incluso
de proclamarse ganador del premio Alfaguara (2019). Es más, la obra
ganadora me resulta menos estimulante que otras. Una de ellas es ésta.
Una colección de relatos que nos muestran a un autor que posee una
cualidad que lamentablemente se aprecia de manera
escasa en el panorama literario actual. Me refiero a la capacidad de
asumir riesgos.
La literatura contemporánea propicia, como viene sucediendo en todas
las generaciones, grandes obras, pero pocos autores que se atrevan a
desafiar los cánones de lo correctamente establecido (literariamente, me refiero).
Pocos se me ocurren. Entre ellos están Fernández-Mallo y ahora sé que
también puedo contar con Patricio Pron.
De
los relatos que pueblan este volumen me quedo especialmente con 2 de
ellos. No voy a mencionar los títulos. Prefiero que un futuro lector los
descubra por sí mismo. Pero
hay 2 relatos que destacaría sobre el resto. El primero de ellos, por
tener partes escritas en inglés, que requerían por mi parte un
sobresfuerzo lector, estuve a punto de abandonarlo. Me alegro de no
haberlo hecho. Es una de las metahistorias más inteligentes
y mejor construidas que he leído. Un viejo brasileño, afincado en
EE.UU. regresa a su país de origen y pretende rememorar lo que fue una
noche memorable.
El
otro relato me recuerda a Bolaño. El personaje es el propio autor en un
juego de espejos muy bolañesco. Cansado de los compromisos inherentes a
la condición de escritor
(presentaciones, relaciones institucionales) el autor en otra
metahistoria contrata a un actor para que lo represente en este tipo de
eventos
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