Madres e hijos, Theodor Kallifatides
Tras el extraordinario El asedio de Troya, regreso a Theodor Kallifatides. Madres e hijos es una obra de difícil catalogación. Podría ser considerada una encrucijada. Un punto a medio camino de diferentes lugares. Contiene elementos biográficos, autográficos, históricos y probablemente ficcionales. Todos ellos giran en torno a dos temas y a sus posibles derivaciones. Por un lado, el pasado familiar. Del otro, el regreso del exiliado.
Unos apuntes biográficos necesarios para la comprensión de la obra. Nacido en Molaoi, a una edad pronta se trasladó con sus padres a Atenas. En su juventud emigró a Suecia, país y cultura que lo adoptan y lo transforman. Kallifatides desarrolla su obra en sueco.
El leitmotiv de Madres e hijos es el regreso al hogar familiar en la aproximación del propio autor a su tercera edad. El encuentro con su madre ya anciana. El pasado que vive entre las paredes de su casa. Las reflexiones por el porvenir que le hubiese deparado la vida en Atenas, los amores de juventud, los amigos de la infancia, el régimen dictatorial presente en Grecia cuando se produce su exilio. Como corresponde a todo autor en una etapa de madurez, Madres e hijos está impregnada de una profunda nostalgia. Del pasado y los pasados. Kallifatides entronca habitualmente con la propia mitología griega. A sus amantes recomiendo El asedio de Troya. Un encuentro sin lugar a dudas con la hoja afilada de la espada de Damocles. Podría ser el último encuentro con su madre.
El exilio como motor literario. Es un fenómeno natural al ser humano. Pero quizá con un peso específico en plenos siglo XXI a raíz de los diferentes regímenes políticos, conflictos y posibilidades materiales. Obras que enfrentan el exilio desde diferentes ángulos y visiones. Quizá la aproximación más rotunda sea Andamios de Mario Benedetti. El exilio como una puerta cerrada para la eternidad. Los exiliados jamás serán del lugar al que llegaron, como tampoco lo serán del que partieron. Otras obras a tener en cuenta son El síndrome de Ulises de Santiago Gamboa y Libre de Ypi. La primera obra centra el foco en la vida del emigrante en su lugar de llegada. La segunda supone la confrontación de lo que fue la vida en el lugar de destino una vez se ha dejado atrás el lugar de origen.
El regreso a casa acentúa el peso del pasado. La familia de Kallifatides entronca con los griegos que vivían en el exilio. Su lugar de origen, a orillas del mar negro, pasa de manos griegas a rusas y posteriormente, a turcas, por esos castigos humanitarios que suponen los conflictos bélicos y los auges nacionalistas. Las minorías acaban siendo perseguidas. Cristianos, armenios, griegos… Kallifatides regresa a la vida de su padre a raíz de una carta que este escribió antes de morir en la que cuenta sus experiencias vitales. Persecuciones, guerras y amor inundan las páginas. Kallifatides asume el pasado de su padre como el suyo propio.
Uno de los autores internacionales que ha contado la historia de los griegos en Turquía no es otro que Jeffrey Eugenides. He de reconocer que su obra Middlesex me resultó algo larga. Sin embargo, su inicio, contando el origen en Turquía de su propia familia, fue la parte más estimulante de la obra. Este exilio de lugares en el que los griegos habían asentado sus raíces debe ser constituido como catártico, como mito fundacional de toda una rama dentro de la secular historia de los griegos. Y por tanto, con un lugar prevalente en su literatura posterior.
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