Carter, Ted Lewis

Carter de Ted Lewis es la historia que todo amante de la editorial Sajalin espera encontrar cuando despliega las páginas de una obra de la editorial. A saber: una historia dura plagada de tipos duros.

Y en cierto modo, todo lo que mencione a partir de este punto es accesorio. 

Carter es la segunda obra de un autor que trasladó su universo personal a su obra. Delimita un mundo  negro y sin esperanza. Sus personajes se enfrentan a criminales sádicos, a malhechores sin piedad. Todo lo predomina las pulsiones violentas, el sexo y el dinero. El propio Ted Lewis sucumbiría a la vida que describe en su obra. Fallece de forma prematura, a los 42 años, minado por el alcohol.

Carter ha sido llevada al cine en un par de ocasiones. En 1971 por Mike Hodges, con el papel estelar de Michael Caine y posteriormente en un remake del año 2000. En cierto modo, el camino de Carter puede ser considerado el precursor de aquel antihéroe cinematográfico capaz de enfrentarse en soledad a todo un ejército, movido solo por una idea. Sin lugar a dudas en la búsqueda que hace Carter de la venganza puede encontrarse cierto reflejo en historias posteriores como en la trilogía (y precuela) de Venganza (Taken), protagonizada por Liam Neeson o la saga John Wick, protagonizada por Keanu Reeves. Y tantas historias en las que un solo personaje plagado de problemas personales es capaz de cumplir con un cometido. Una manera de afrontar las historias que por ejemplo en Marvel corresponden a su personaje clásico, The punisher.

El estilo de Ted Lewis es facilmente identificable. El uso de las frases breves es exquisito. El humor negro y el cinismo se encuentran en los diálogos. Leer a Ted Lewis es adentrarse en un mundo devorado por la violencia, el alcohol y las mujeres fáciles. Quizá recurre en demasiadas ocasiones al deus ex machina como recurso para resolver los peligros que acechan a sus personajes principales.

Carter, como se ha anticipado es una historia de venganza. No tiene la doblez o la cantidad de capas que pueden encontrarse en otros títulos de Sajalin como podría ser Cutter y Bone o en las historias de Edward Bunker. No hay trampa ni cartón. El hermano de Carter, un sicario, ha muerto y éste deberá averiguar si como sospecha ha sido asesinado con un solo leitmotiv: hacer pagar a quien lo ha hecho. 

Las páginas de Carter requieren de un lector duro, como todos esperamos que sean la narraciones de Sajalin.

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