Todo el odio que tenía dentro, Servando Rocha
Todo el odio que tenía dentro no es una biografía, no es un ensayo, no es una novela. Es una obra de Servando Rocha y sin llegar a encuadrarse en ninguna de estas clasificaciones literarias, contiene elementos suficientes para considerarse un trampantojo.
Todo el odio que tenía dentro es una profunda investigación de un tiempo y un lugar. Madrid, desde la posguerra hasta los años 80. Es la historia que no es historia, lo que sucede más allá de los libros que nos aseguran dar cuenta de ella.
Como
hilo conductor se toma la figura de Dum Dum Pachecho. Un boxeador
profranquista, legionario, fuerzanovista y surgido de lo más hondo del lumpen. Sus
contradicciones son las propias de una época. No obstante, llama
poderosamente la atención que, en un porcentaje considerable, el personaje
principal no solo sea eclipsado, sino que es omitido. Dum Dum es una
excusa. El personaje es Madrid.
A lo largo del libro, estructurado en función a los distintos periodos (o debería decir altibajos) que vivió Dum Dum, aparecen todo tipo de personajes. Desde la banda de la que surge Pacheco, los Ojos negros, a Camilo Sesto, el Lute, Antonio González Pacheco alias Billy el niño, otros boxeadores de la época, como Paulino Uzcudun o Pedro Carrasco,… pero sobre todo los diferentes hechos que delimitaron los lindes de aquella época: el Madrid de posguerra, el de los bajos fondos, el yeyé, el del tardofranquismo, el de la primera democracia.
Para los que tengan alguna duda: Todo el odio que tenía dentro no es un libro de boxeo. Habla de un boxeador, de su vida, pero simplificarlo a eso es un pecado que no debería cometerse con esta increíble obra. Dum Dum podría haber sido piloto de aeroplanos o químico y la historia hubiese sido la misma. Lo repito las veces que sean necesarias: el personaje principal es Madrid.
La obra destaca en numerosos aspectos. Uno de ellos es la meticulosa documentación del autor. Pero también, los personajes con los que se ha entrevistado, la sensación de juguete roto del boxeador, el poderoso ritmo narrativo.
Acudí
a la presentación del libro en Sevilla. Yo llevaba El corto verano de
la anarquía de Enzensberger. Rocha lo saludó como si se tratara de uno
de sus maestros. Hasta aquel momento no comprendí la dimensión del
gesto. Salvando las distancias, Rocha quiso establecer similitudes entre
Limonov de Carrere y su Dum Dum Pacheco. Ahora lo entiendo.
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