Todo el odio que tenía dentro, Servando Rocha

Llegan las temperaturas tórridas y se me afloja un poco la intensidad de escribir. Seguiremos leyendo, pero vamos a hacer un parón en esto de hablar de libros. Para despedirnos hemos elegido una de las grandes lecturas del año, un libro que no sabe dejar indiferente.
 
Creo interesante comenzar con unas menciones acerca de su autor. El contexto, siempre el contexto. Servando Rocha además de escritor, dirige la propia editorial La Felguera. Su especialidad son los movimientos de vanguardia y contracultura, tanto europea como americana. Como novelista, ha publicado Mirad a vuestros verdugos, sobre el atentado de un grupo anarquista. Otra de sus publicaciones destacadas es Nada es verdad, todo está permitido, donde relaciona a Kurt Cobain y a William Burroughs. 

Todo el odio que tenía dentro no es una biografía, no es un ensayo, no es una novela. Es una obra de Servando Rocha y sin llegar a encuadrarse en ninguna de estas clasificaciones literarias, contiene elementos suficientes para considerarse un trampantojo.

Todo el odio que tenía dentro es una profunda investigación de un tiempo y un lugar. Madrid, desde la posguerra hasta los años 80. Es la historia que no es historia, lo que sucede más allá de los libros que nos aseguran dar cuenta de ella.

Como hilo conductor se toma la figura de Dum Dum Pachecho. Un boxeador profranquista, legionario, fuerzanovista y surgido de lo más hondo del lumpen. Sus contradicciones son las propias de una época. No obstante, llama poderosamente la atención que, en un porcentaje considerable, el personaje principal no solo sea eclipsado, sino que es omitido. Dum Dum es una excusa. El personaje es Madrid.

A lo largo del libro, estructurado en función a los distintos periodos (o debería decir altibajos) que vivió Dum Dum, aparecen todo tipo de personajes. Desde la banda de la que surge Pacheco, los Ojos negros, a Camilo Sesto, el Lute, Antonio González Pacheco alias Billy el niño, otros boxeadores de la época, como Paulino Uzcudun o Pedro Carrasco,… pero sobre todo los diferentes hechos que delimitaron los lindes de aquella época: el Madrid de posguerra, el de los bajos fondos, el yeyé, el del tardofranquismo, el de la primera democracia.

Para los que tengan alguna duda: Todo el odio que tenía dentro no es un libro de boxeo. Habla de un boxeador, de su vida, pero simplificarlo a eso es un pecado que no debería cometerse con esta increíble obra. Dum Dum podría haber sido piloto de aeroplanos o químico y la historia hubiese sido la misma. Lo repito las veces que sean necesarias: el personaje principal es Madrid.

La obra destaca en numerosos aspectos. Uno de ellos es la meticulosa documentación del autor. Pero también, los personajes con los que se ha entrevistado, la sensación de juguete roto del boxeador, el poderoso ritmo narrativo.

A decir verdad, pocos peros se le puede poner. Solo se echa de menos la falta de un archivo fotográfico. Rozaría entonces la perfección. Si acaso, puede a veces chirriar que la voz —una voz pulida, cuidada, eso sí— del autor se superpone a la de la historia y los propios personajes. Es Servando Rocha. Después del trabajo que conlleva el libro, no hay pecado que no se le pueda permitir.

Acudí a la presentación del libro en Sevilla. Yo llevaba El corto verano de la anarquía de Enzensberger. Rocha lo saludó como si se tratara de uno de sus maestros. Hasta aquel momento no comprendí la dimensión del gesto. Salvando las distancias, Rocha quiso establecer similitudes entre Limonov de Carrere y su Dum Dum Pacheco. Ahora lo entiendo.

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