Una de terror: Las montañas de la locura, H.P. Lovecraft

Así
pasaron los años. Mucho o demasiados, según el día. De pronto vuelvo a
tener 16 años en algunos rincones de mi corazón. Me dejo arrastrar por
la marea de los nuevos juegos de mesa. Empiezo con clásicos como Catan o
Carcassonne, pero no tardo en
dominar toda la nomenclatura, en parte gracias a youtubers (como decían
presuntos implicados: cuánto hemos cambiado). Ahora sé que existen los
crawlers, los euro(games), los fillers, cooperativos y 4X. Y ese
universo que me devora sin demasiada oposición por mi parte me hace
descubrir la admiración que se rinde a Lovecraft y a su universo.
Como yo no puedo ser menos, y vuelvo a tener 16 años, me hago con el Horror de Dunwich. Elijo el título por la sencilla razón de que es una de las aventuras que he iniciado en el Arkham Horror LCG (sí, amigos, esos son mis filtros). Lo peor de todo es que va y me gusta. Se trata de una historia de seres desconocidos y monstruosos, aderezada por muchos, muchos epítetos. Comprendo aquello que dicen que Lovecraft no es sólo terror, tiene su dosis de ciencia ficción. En ese momento a mi corazón le brotan unos pelillos como si fueran tentáculos. ¿Tendré salvación?
Como yo no puedo ser menos, y vuelvo a tener 16 años, me hago con el Horror de Dunwich. Elijo el título por la sencilla razón de que es una de las aventuras que he iniciado en el Arkham Horror LCG (sí, amigos, esos son mis filtros). Lo peor de todo es que va y me gusta. Se trata de una historia de seres desconocidos y monstruosos, aderezada por muchos, muchos epítetos. Comprendo aquello que dicen que Lovecraft no es sólo terror, tiene su dosis de ciencia ficción. En ese momento a mi corazón le brotan unos pelillos como si fueran tentáculos. ¿Tendré salvación?

En esta ocasión mi intuición me ha jugado una mala pasada.
Comentarios
Publicar un comentario